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La Obstetricia hegemónica y el Océano de prepotencia e ignorancia en el que naufraga

Océano Medicina lanzó su curso de formación profesional “Parto Respetado y Emergencias en las Salas de Parto” a cargo del médico obstetra Raúl Winograd. La sinopsis del mismo plantea:  “Parto respetado desde una visión legal y práctica, riesgos del parto domiciliario, tratamiento de las principales emergencias en sala de partos. Actualización y cumplimiento de Ley número 25.909.” Y la descripción: “El programa de actualización online "Parto respetado y emergencias en sala de partos" tiene como premisa brindar las herramientas prácticas y legales para el abordaje del nacimiento desde la visión de parto respetado. Aporta un análisis de los principales riesgos del parto domiciliario, una mirada crítica sobre el exceso de intervenciones en el contexto del parto institucionalizado; y posibles tratamientos ante las principales emergencias con las que podemos encontrarnos en la sala de partos. Dirigido a médicos ginecólogos, tocoginecólogos, obstetras, obstétricas, médicos generalistas, de atención primaria, y emergentólogos.

Contenido destacado:
  • Recomendaciones internacionales para un parto humanizado.
  • ¿Qué es el Parto Respetado?
  • ¿Por qué no al parto domiciliario?
  • Principales emergencias en sala de partos.
  • Evolución de la tasa de cesáreas.”
Más allá del irrisorio  (y nada menor) detalle de que la ley de Parto Respetado 25.929 está mal citada, ya el título contiene una mezcla conceptual peligrosa: Respeto y Emergencias en la sala de parto. Más allá que el proceso del nacimiento presente o no una emergencia a resolver por parte del personal profesional, el respeto es una condición inherente a toda interacción entre el equipo obstétrico y la persona gestante. Nadie niega la posibilidad que surjan complicaciones ni corrimientos en la salud del proceso, pero llama poderosamente la atención que se tome la sala de parto como un hecho aislado de todo un proceso previo que dicho personal debería conocer, acompañar y evaluar en función de proveer el mayor bienestar a la díada madre/hijx llegado el momento del parto. Teniendo en cuenta las recomendaciones que la OMS realiza, desde 1985 a la fecha, sobre la salud en el embarazo y parto, tanto en términos de salud como de derechos de respeto es inconcebible que aún hoy se siga entendiendo al embarazo como una patología, al parto como una bomba a punto de estallar y a la mujer gestante como paciente, carente de derechos y absolutamente sumisa al supuesto saber, poder y accionar médico. Además es altamente riesgoso poner en un mismo plano el concepto de respeto y el de emergencias dando por supuesto que uno u otro no son compatibles, y así dar rienda suelta para habilitar las posibles intervenciones fundadas en el miedo y vulnerabilidad de la mujer, a la cual se la somete, transformándola en el objeto del heroísmo burdo del imaginario colectivo de “salvar vidas” por sobre la autonomía e integridad de ella y su hijo/a por nacer.
Por otra parte, como agrupación nos genera una gran preocupación que los/as profesionales de la medicina reciban cursos de formación atravesados por los prejuicios, el desconocimiento, la falta de rigurosidad científica y médica y por supuesto por la “caza de brujas” que desde un amplio sector de la comunidad pseudocientífica o mejor dicho corporación médico-empresaria, han entablado contra el Parto Planificado en Domicilio. Salta a la vista que esta formación tiene una clara intención de denostar un modelo de atención en salud, el cual le guste a quien le guste ha demostrado ser viable y seguro y presenta un alto nivel de satisfacción y bienestar en la díada madre-hijx.
Sería preocupante, falto de ética y de muy mal gusto si esto fuera solo una charla informal, pero, tratándose de una formación profesional es directamente peligrosa y vulnera los derechos de las mujeres y familias que eligen partos planificados en domicilio. Aunque por supuesto, la cosa no queda ahí, ya que esto no es solo una cuestión de opinión personal contra “las locas del parto en casa”, por el contrario evidencia una postura ideológica que habrá de materializarse en las salas de partos institucionales, ya que un obstetra que mezcla parto respetado, información falsa y sin asidero científico, junto a emergencias médicas, no sería en lo absoluto un referente de formación posible en lo que a la asistencia del parto se refiere, mucho menos si pretende adjuntarle el calificativo de “respetado”, sea el escenario que sea. ¿Qué tipo de formación en términos éticos, científicos y sociales están recibiendo los/as profesionales obstétricos? ¿Cómo pretendemos que se actualicen y cumplan, no solo la ley nacional 25.929, sino también las leyes 26529 y 26485, si la misma formación avala una práctica médica basada en los prejuicios y posturas personales, por sobre la evidencia científica y la cabal garantía del acceso a derechos de los/as usuarios/as del sistema médico? Frente a este panorama, no puede sorprendernos de ninguna manera el elevado y cotidiano índice de violencia hacia las mujeres en general y obstétrica en particular presente en la escena de los nacimientos.
El médico obstetra Raúl Winograd nunca ha asistido partos planificados en domicilio, ni se ha acercado a este modelo de atención para formarse o por lo menos informarse debidamente. Tan solo, como a muchxs de sus colegas le “parece que es riesgoso” o que “hay que decirle que no”, aunque la evidencia científica alrededor de este modelo, los números y estadísticas que se reportan demuestren continuamente lo contrario y aunque, justamente por esa misma evidencia haya demostrado tener grandes aportes que hacerle al modelo de atención institucional. (ver: para más información verl) Pero a él le sigue pareciendo y se siente en el derecho de hacer “ciencia y formación” desde sus prejuicios y desconocimiento. En cualquier otra especialidad médica este tipo de formación sería tomada como una burla, un circo y una burrada carente de seriedad y legitimidad, tanto que el profesional en cuestión perdería toda credibilidad, tanto a ojos de sus colegas como de la sociedad en general. La pregunta clave sería entonces, ¿por qué en obstetricia se permite y hasta nos parece correcto? Básicamente porque obstetricia es una de las especialidades médicas, junto con ginecología donde el patriarcado se expresa con todo su poder. Siendo especialidades que se vinculan directamente con las mujeres y nuestra salud sexual y reproductiva, se ha legitimado y naturalizado el hecho de que lxs profesionales e instituciones puedan basar su práctica y formación en prejuicios, posturas personales y creencias; y lo que es más peligroso y preocupante, es que tengan el aval social y cultural para desplegar sobre nosotras y nuestros/as hijos/as todo tipo de conductas aleccionadoras y discursos de terrorismo psicológico para conseguir que aceptemos obedientes sus pareceres, que por supuesto no están basados en la ciencia sino en el imaginario popular del poder de una casta superior por el solo hecho de ostentar ambo. Sus consecuencias inmediatas, en franca contradicción a esta creencia, son metódica y sistemáticamente invisibilizadas, en cuanto a los riesgos reales, concretos y hasta aberrantes sobre la salud y derechos de la población que ejercen (nuevamente, los índices de VO, mala praxis, etc. son más que alarmantes). ¿De esto no se habla? ¿Dónde y cómo la responsabilidad de la corporación médica hacia la comunidad, como integrantes de la sociedad, se plantea un cambio profundo de paradigma de derechos y buena praxis? No es justamente en este tipo de “cursos” o eventos que lo demuestren, sino todo lo contrario, aparentemente luchan por mantener, pese a los nefastos resultados de la salud perinatal existentes, su poder hegemónico por sobre el famoso concepto de “no dañar” del saber (¿?) médico.
Es legítimo derecho de la mujer y la familia el elegir cómo, dónde y con quién parir, y  es deber de los/as profesionales de la medicina brindar información completa, verdadera y oportuna que no coarte el ejercicio de su autonomía. Al respecto, ya se han pronunciado repetidamente varios organismos competentes en el tema. A modo de ejemplo:
La Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras (FIGO), en su publicación “RECOMENDACIONES SOBRE TEMAS DE ÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA” afirma que:
“{...} no ha sido probado que los partos en casa tengan más riesgos que los nacimientos intrahospitalarios. Más aún se ha afirmado que las decisiones sobre el riesgo para el recién nacido y/o la madre, deben ser tomadas por la madre, en ejercicio del derecho humano a la autodeterminación y su responsabilidad como madre antes que por legisladores, reguladores de gobierno o profesionales médicos.
En Diciembre de 2010 el Tribunal Internacional de Derechos Humanos, La Corte Europea de Derechos Humanos, conceptuaron que si una ley interfiere con la participación del profesional de la salud en la opción de la mujer de tener un parto programado en casa, la misma está violando los derechos humanos de la mujer. El tribunal definió que las mujeres embarazadas tienen derecho a que les sea respetada su privacidad y su vida de familia, lo que incluye el derecho a escoger donde tener el parto. Una ley que desalienta a los/as profesionales de la salud de proveer asistencia, mediante términos directos o ambiguos, ya que esto, obstruye el libre ejercicio del derecho a elegir libremente el sitio del nacimiento.
El reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluye que “una mujer debe tener su parto en un lugar donde ella se sienta segura... Para mujeres con embarazos de bajo riesgo, puede ser el hogar o una pequeña clínica de maternidad o una unidad de maternidad dentro de un hospital general. Londres, Marzo del 2012.”
Y por si esto fuera poco, la evidencia científica indica que:
  • Conclusiones: “El parto en casa asistido por parteras idóneas no se asocia a un incremento en las tasas de morbi-mortalidad, pero sí a menores intervenciones médicas.” (“Planned home versus planned hospital births: adverse outcomes comparison by reviewing the international literature” por Faucon C, Brillac T.. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23769011)


  • Abstract: … “los partos no tradicionales (léase partos planificados en domicilio) presentan ventajas para las mujeres de bajo riesgo en comparación con los establecimientos hospitalarios tradicionales: menores costos de atención de la maternidad y menor uso de los procedimientos de parto, sin diferencias significativas en la mortalidad perinatal. (“Birth setting for low-risk pregnancies. An analysis of the current literature.” Por Albers LL, et al. J Nurse Midwifery. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1895169)

  • Interpretación: “El parto planificado en domicilio asistido por una partera registrada (léase profesional) se asoció con tasas muy bajas y comparables de muerte perinatal y tasas reducidas de intervenciones obstétricas y otros resultados perinatales adversos en comparación con el parto hospitalario planificado asistido por una partera o un médico.” (“Birth setting for low-risk pregnancies. An analysis of the current literature” por: Albers LL, Katz VL. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19720688)


  • Conclusiones: “El parto domiciliario planificado para las mujeres de bajo riesgo en América del Norte con asistencia de parteras profesionales se asoció con tasas más bajas de intervención médica, pero una mortalidad intraparto y neonatal similar a la de los nacimientos hospitalarios de bajo riesgo en los Estados Unidos.” (“Outcomes of planned home births with certified professional midwives: large prospective study in North America” por Kenneth C Johnson, Betty-Anne Daviss. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC558373/)


  • Discusión:Para esta gran cohorte de mujeres que planificaron partos en domicilio en los Estados Unidos, los resultados son congruentes con los mejores datos disponibles de estudios que evaluaron los resultados por el lugar de nacimiento previsto y los factores de riesgo perinatal. Las mujeres de bajo riesgo en esta cohorte experimentaron altas tasas de nacimiento fisiológico y bajas tasas de intervención sin un aumento en los resultados adversos”. (“Outcomes of care for 16,924 planned home births in the United States: the Midwives Alliance of North America Statistics Project, 2004 to 2009.” por Cheyney M, Bovbjerg M, Everson C, Gordon W, Hannibal D, Vedam S. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24479690)

  • Conclusiones: “No encontramos ningún riesgo aumentado de resultados perinatales adversos para nacimientos domiciliarios planificados entre mujeres de bajo riesgo. Nuestros resultados sólo pueden aplicarse a las regiones donde los nacimientos en el hogar están bien integrados en el sistema de atención de la maternidad.” (“Perinatal mortality and morbidity up to 28 days after birth among 743 070 low-risk planned home and hospital births: a cohort study based on three merged national perinatal databases” por Jonge A, Geerts CC, van der Goes BY, Mol BW, Buitendijk SE, Nijhuis JG. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25204886)

  • Conclusiones: “El resultado de los nacimientos domiciliarios planificados es al menos tan bueno como el de los nacimientos planificados en hospitales en mujeres de bajo riesgo y con asistencia de parteras en los Países Bajos.” (Outcome of planned home and planned hospital births in low risk pregnancies: prospective study in midwifery practices in The Netherlands” por Wiegers TA, Keirse MJ, van der Zee J, Berghs GA. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8942693)

  • Resultados: “Las mujeres que planearon dar a luz en las instituciones de salud de segundo y tercer nivel, presentaron un mayor riesgo de cesárea, partos instrumentales e intervenciones intraparto que las mujeres de similares características que planearon dar a luz en el hogar o en unidades de atención primaria. (...). Los recién nacidos de mujeres que planearon dar a luz en hospitales secundarios y terciarios también presentaron un mayor riesgo de ingreso a una unidad de cuidados intensivos neonatales (RR: 1,40, IC del 95%: 1,05-1,87, RR: 1,78, IC del 95%: 1,31-2,42) frente a los recién nacidos de  las mujeres que planearon dar a luz en una unidad de atención primaria”. (Planned place of birth in New Zealand: does it affect mode of birth and intervention rates among low-risk women? por Davis D, Baddock S, Pairman S, Hunter M, Benn C, Wilson D, Dixon L, Herbison P. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21599733

  • Interpretación: “El parto domiciliario planificado asistido por una matrona registrada se asoció con tasas muy bajas y comparables de muerte perinatal y tasas reducidas de intervenciones obstétricas y otros resultados perinatales adversos en comparación con el parto hospitalario planificado asistido por una partera o un médico”.(Outcomes of planned home birth with registered midwife versus planned hospital birth with midwife or physician. Por Janssen PA, Saxell L, Page LA, Klein MC, Liston RM, Lee SK. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19720688)

  • Conclusión: “Nuestros resultados para los partos asistidos por parteras independientes en los centros de nacimientos en el hogar en Japón indicaron un alto grado de seguridad y práctica basada en la evidencia. Este estudio tuvo algunas limitaciones debido a sus datos incompletos y baja tasa de respuesta. Sin embargo, este es uno de los pocos estudios que informaron los resultados de las parteras japonesas independientes y la seguridad de su práctica. Un sistema de registro de nacimientos nos proporcionaría información más exacta y completa de todos los partos con los que evaluar la seguridad de las parteras japonesas independientes.” (Outcomes of independent midwifery attended births in birth centres and home births: a retrospective cohort study in Japan. por : Kataoka Y, Eto H, Iida M.. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23415360)


Las mujeres no somos un territorio de batalla y las guerras personales y ególatras, como la de este médico contra el modelo de atención de parto planificado en domicilio, así como las vulneraciones directas o indirectas que sobre nuestro bienestar y autonomía se comenten, solo evidencia el nivel de violencia y enraizamiento de una cultura patriarcal que ostentan aquellxs que lo infligen. En este caso el médico obstetra Winograd y la institución que se presta para ello.

Como mujeres, como usuarias del sistema médico y como agrupación exigimos que esta formación sea cancelada y se tomen las medidas disciplinarias correspondientes para frenar la vulneración constante y sostenida que padecemos las mujeres durante la atención obstétrica y de la que son directamente responsables los/as coordinadores, auspiciantes y protagonistas de formaciones como estas.

Si el médico obstetra Winograd y Océano Medicina insisten en dedicarse a difundir miedo, desinformar y hacer formaciones que son una farsa, que lo hagan, pero teniendo en cuenta que estas formaciones atentan contra el pleno ejercicio de los marcos legales existentes y son totalmente ajenas a los parámetros de conductas éticas y de preservación de la salud. Sería recomendable que estos conceptos estuvieran expresados claramente hacia los profesionales que realizan esta formación, advirtiéndolos al respecto (y no venderles gato por liebre). Y obvio, manténganse alejados de nuestros derechos, los de nuestros hijos/as y de nuestra salud y bienestar.


Para manifestar tu preocupación y repudio ante esta situación te invitamos a enviar mail a las partes implicadas siguiendo este enlace.


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